13 Nov Well-aging, o como una generación ha dicho adiós al auto-edadismo
El edadismo ha ejercido presión durante generaciones en la forma en la que las mujeres se relacionaban con su propia belleza, pero este concepto ha cambiado, en lugar de idealizar la juventud eterna, la generación silver ha abandonado el anti-aging para abrazar el well-aging.
Este concepto aboga por el arte de envejecer bien, y su clave radica en cuidarnos de forma holística a lo largo de toda nuestra vida para conseguir así un aspecto sano y luminoso en el que también se vea reflejado el paso del tiempo de forma natural.
El concepto de anti-aging era una llamada a no envejecer, a rebelarte contra la naturaleza creyendo en cosméticos milagrosos y sintiendo frustración por los resultados. Durante mucho tiempo, sobre todo la mujer madura ha sido la gran olvidada de la industria cosmética. En décadas anteriores se ha transmitido la obligación de hacer una carrera en la lucha contra el tiempo, incluso desde las campañas de las marcas de belleza, por ejemplo, sin modelos que representaran la edad real de quienes debían usar el producto anunciado. Esto, además, fomentaba dos corrientes negativas, en primer lugar, la insatisfacción de la mujer madura y en segundo, el riesgo de que las mujeres jóvenes cada vez aplicaran antes tratamientos diseñados para pieles maduras sin necesidad y sin ningún beneficio.
La generación silver, nacida entre los años 40 y los años 60, ha vivido una transformación en la percepción social del envejecimiento. La corriente well aging está diseñada para resaltar y mejorar las características naturales de quienes ya no se ajustan al canon de la juventud y cuyo principal objetivo es sentirse bien consigo mismos. Se centra en dejar de negar el paso de los años y comenzar a querer y a cuidar nuestra apariencia física más allá de las consecuencias que el tiempo tiene sobre ella. Lo que piden hoy a sus productos cosméticos y de cuidado personal difiere mucho de los planteamientos imposibles de hace unas décadas. La naturalidad está por encima de todo, quieren reconocerse en el espejo y, ya no se trata de eliminar una arruga en concreto sino de un concepto global de autocuidado.
Las personas que se adhieren al movimiento de well aging buscan no solo verse bien, sino también sentirse bien. Esto incluye la nutrición, el ejercicio físico regular, la gestión del estrés y, por supuesto, el cuidado de la piel. No buscan eliminar las arrugas o la flacidez, sino prevenir y tratar problemas globales como la pérdida de elasticidad, la deshidratación y la pigmentación irregular, al tiempo que se fomenta una actitud positiva hacia el envejecimiento, siendo conscientes de la relación entre la salud mental y el cuidado físico.
Aceptar el paso del tiempo y encontrar el belleza en él, no significa que debamos resignarnos a cada cambio indeseado que se manifiesta en nuestra piel, la piel va teniendo unas necesidades diferentes y hay que adaptar la rutina, con la edad, van disminuyendo prioridades anteriores y se sustituyen por otras.
Por ejemplo, el cambio más significativo es la pérdida de hidratación que se empieza a producir más acusadamente a partir de esa edad, algo que se refleja en la piel si no sabemos nutrirla en profundidad. También es importante tener en cuenta que producimos ciertas sustancias en menor medida, como por ejemplo el colágeno, lo que hace que, en consecuencia, disminuya la elasticidad.
Por otra parte, no podemos olvidar que el sol continúa siendo el enemigo número uno de la piel, independientemente de la edad. Pero si antes era una cuestión de emplear protección solar, a esto se añade ahora un cuidado antimanchas, que comienzan a aparecer a estas edades si en años posteriores no mantuvimos las precauciones necesarias.
El mundo beauty ha abrazado la filosofía well-aging, cada vez son más las marcas que la llevan por bandera y es que la edad sociológica de las mujeres Silver ha cambiado, convirtiéndolas en protagonistas de la evolución social y el crecimiento económico, atesoran poder adquisitivo, vitalidad para gastarlo y la experiencia suficiente como para saber elegir. De hecho, cada vez son más las marcas de belleza que cuentan con embajadoras pertenecientes a esta generación. Las mujeres mayores de 50 años se están convirtiendo en un público objetivo cada vez más relevante en empresas del sector beauty y el arte de saber envejecer dándole a tu piel y a tu cuerpo lo que realmente necesitan está cada vez está más consolidado.